-¿Eh? Nada, nada. No me pasa nada.
-Sabes que puedes confiar en mí.- Ana le cogió la mano y se la apretó.
-No, solo pensaba en la nieve.
-¿En la nieve?
-Sí, en que esta nieve que cae ahora fuera la recordaré siempre.
-Ahora que has besado a la novia podéis salir.
Y una vez fuera, entre nieve y arroz, se fueron los recién casados.
Escrito en diciembre 2008
12 comentarios:
¡Que bonito!
me encanta:)
Hay cosas que por absurdas que sean siempre son recordadas.
Precioso.
Un beso.
Una entrada frágil, ligera y fresca; como la nieva.
me los imaginaba en el salón de su casa, no en una iglesia ajajaja
muy buen blog te sigo pasate ¡¡¡ http://franmsaez.blogspot.com/2010/12/te-casaste-la-cagaste.html
Oh, ha sido tan tierno como la nieve recién caída ^^
Me has hecho sonreír, qué lindo microrrelato.
Qué bonita foto has puesto acompañando el relato!
Yo creía que hablabas de dos jóvenes sentados en un banco en un parque en invierno y bien abrigados.
Pero releído adquiere otro significado. :)
:)
Romántico.
Es muy bonito este fragmento sinceramente me ha hecho sonreir^^
Que bella manera de transportarme a instante en tan pocas palabras. Nieeve, arroz y besos de novios, bonita combinación.
Saludos!
me encanta , pasate http://ianroom.blogspot.com
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