-¿Qué aprendes tú de mí? Tú me llevas hasta el universo hablándome de las estrellas, me haces viajar a todos esos lugares históricos sobre los que me cuentas leyendas, dibujas números en mi cabeza cada vez que me explicas una ecuación y alimentas mi curiosidad con la tuya, entrando en una simbiosis en la que yo no soy capaz de darte nada. ¿Qué puedo contarte yo, si a tu lado soy muy inculta?
Que qué aprendo yo de ella… Ella es la vida. Su forma de ser, de razonar, de hablar y de mirar ya son lecciones que me doy a mí mismo. Es natural y sincera, y es maravillosa. Cada vez que me cuenta lo poco que le importa lo que piensen los demás de ella, cada vez que no le importa que yo haga algo mal, cada vez que me hace una pregunta para que siga explicándole mil historias que algún día leí o que simplemente me mira y aprueba todo lo que hago para hacer que ella esté bien, me doy cuenta de que ha leído menos que yo pero sabe más que yo.
Me es muy fácil hablarle y decirle lo que pienso o siento. Porque siempre me mira con el alma. Y me sonríe.
viernes, 31 de mayo de 2013
viernes, 10 de mayo de 2013
Con los sentimientos no se juega
Pues claro que te pienso. Pues
claro que me acuerdo de ti, que perduras, todavía, dañando mi corazón y
consumiendo mi voluntad. Mis pensamientos solo son los autómatas de tu cuerpo,
grande y caliente, haciéndome el amor. Solo puedo pensar que cuando te recuerdo
estás encima y dentro de mí, deslizándote con torpeza y jadeando de placer.
Solo puedo pensar y pienso que te amé, que me entregué y que, sobre todo, te
necesité. Me conociste vulnerable y tenerte me hizo fuerte. Lo fuiste todo y ahora
no somos nada. Fui entera tuya y ahora para ti soy nadie.
Y es que no paro de pensar en qué
será lo que piensas tú cuando me miras esperando a que sea yo quien dé el
primer paso. Pero el pequeño de mi pecho me pide, me ruega, que no lo haga, que
no lo dañe más. Tu indiferencia me hace daño. Tu actitud pasiva me hace daño.
Tu mirada, tus labios, tu pelo me hacen daño y tu recuerdo me hace mucho daño.
Con solo dos palabras calmarías a
esta alma herida e intranquila que un día te entregué, a la que el amor hizo frágil y luego
estampaste contra el suelo mirando hacia otro lado. Solo dos palabras para que este
corazón entre espinas clavado deje de sangrar dolor. Solo dos palabras
que, si algún día te importé, no deberían costarte nada: lo siento.
lunes, 6 de mayo de 2013
Tres años
Hace dos días este blog cumplió tres años desde su nacimiento. ¡Tres años! La verdad es que me apena que esté tan abandonado porque es un hobby del que disfruto mucho. Pero, y ya me estoy cansando de repetirlo, estoy demasiado ocupada incluso para tener hobbies.
Aún así, he visto que el blog sigue creciendo y que ¡ha venido gente nueva! Para mí es una noticia muy bonita que haya más gente interesada en las cosas que comunico por aquí. Porque a fin de cuentas este lugar no es más que eso: el lugar donde me he abierto y comunicado y donde seguiré haciéndolo.
Muchas gracias a todos por el apoyo, un guiño especial para los incondicionales, muchos abrazos y prometo, como siempre, ¡volver pronto!
En:
Blog
Suscribirse a:
Entradas (Atom)