domingo, 31 de octubre de 2010

Él

Este es nuestro momento. Es el momento de cambiar, del todo o nada. Todos estos años que llevamos juntos, se pueden resumir en lo que ayer aconteció. Pero, ¿y qué fue lo que pasó ayer? No me preguntes, ni yo misma lo sé, ahora no puedo pensar en nada más que en ti, y en lo que hemos creado. En tus palabras, en tus abrazos. ¿Cómo tener claro lo que siento? ¿Acaso tú lo tienes claro? No sé, realmente, hasta qué punto podemos traspasar los obstáculos que nos impedirán estar juntos. Y tú, ¿estás tú dispuesto a dejarlo todo? ¿Apuestas por mí?

jueves, 28 de octubre de 2010

Diecisiete

Diecisiete años. Bonita cifra, todas lo son. Pero dejemos a un lado mi predilección por las matemáticas ahora. He venido aquí hoy a anunciar que
¡Hoy cumplo 17 años!
Diecisiete ya... Hoy ha sido un día de recordar, de recuerdos y de nostalgia de esa vida despreocupada y sin tormentos de cuando una tiene 11 ó 12 años, o 13. Hoy he tenido un día de muchas reflexiones. Dejando a un lado las dedicadas a investigaciones sobre cuál sería mi regalo o qué podría preguntar el profesor de lengua en el examen de hoy, la reflexión más importante que he hecho ha sido la de que hoy he dejado una etapa de mi vida atrás. Me he dado cuenta de que no es lo mismo tener dieciséis que tener diecisiete. Tampoco es lo mismo catorce que quince, o quince que dieciséis, pero son edades todas pertenecientes a la misma etapa, a la febrilidad de una juventud en pleno maduramiento (¿esa palabra existe?) de la adolescencia. Con dieciséis años una puede ser todavía una chica alegre, algo despreocupada también, con ganas de aprovechar al máximo cada momento y que se puede permitir cierta inmadurez en momentos dados. Y no es que al llegar a los diecisiete me haya dado un soplo de vejez de repente. Tampoco es que me crea mayor. Es solo que las edades se notan, y que la vida a estas alturas, mi entorno, mis amistades y mi familia cambian conmigo. Y cambian con ello su actitud hacia mí. Ahora que he llegado a esta edad casi adulta legalmente creo que es hora de pararme a pensar y sentar algunos aspectos en mi cabeza. A estas alturas ya no me puedo permitir ser irresponsable o tener el egoísmo propios de la inmadurez, entre otras cosas. Mientras tanto seguiré siendo la misma de siempre, esa chica que suele caer bien, aunque tímida. Esa chica amable que siempre brinda sonrisas reparadoras. Y jamás acabaré con la niña que llevo dentro, con ese infante que todos llevamos dentro.

martes, 26 de octubre de 2010

Premio Flor naranja

Image and video hosting by TinyPic

Tengo un blog pequeño, pequeñito. No he escrito muchas cosas a pesar del tiempo que llevo por aquí. Y no son pocas las veces que se me ha pasado por la cabeza dejarlo. Si no fuera por el incondicional apoyo y ánimo que cierta amiga me brindó, quizás esto se habría quedado para siempre en proyecto. Por eso gracias, gracias por creer en mí y en mis palabras, en mi blog, en mi capacidad. Gracias por animarme a escribir regularmente en el blog. Gracias por seguirme siempre y preocuparte por lo que me acontece. Mil gracias por tus comentarios, por tus consejos, por las emociones que has sentido cuando me has leído. Gracias por hacer mi blog más grande. Y gracias por este premio, Mercè.

Con infinito cariño.

sábado, 23 de octubre de 2010

Viceversa

Viceversa. Hoy me di cuenta de que es un gran término. Una palabra muy útil y con mucho significado. Con ella podemos evitar mentar algo que ya hayamos dicho. Gracias a ella apelamos a la reciprocidad de nuestras acciones, o de las de otros. ¡Qué grandísima ocurrencia!

Hoy, a 23 de octubre, todo va bien. Estaréis cansados de que siempre diga lo mismo: "todo va bien", "todo va mejor"... Pero es lo que siento y mi vida diaria carece de otras novedades.

Hace tiempo que la biología la llevo muy bien, siempre participo mucho en clase y respondo bien a todo. Al profesor le estoy empezando a gustar, y la asignatura tiene ese nosequé que hace que disfrute estudiándola. Por otro lado, me está pasando algo que nunca antes había sentido: que no me guste estudiar una asignatura. Algunas veces antes me había parecido raro que no me gustase una asignatura, pero no tardé en asimilarlo. Ahora estudio historia y sufro. Me dan malestares gástricos y mareos cuando la estudio. En serio. Lo cual es de todo menos bueno para la alta calificación que necesitaré en selectividad para optar a medicina. Y no es que todas las materias me gusten en sí mismas, sino que nací con el don de apreciar todo conocimiento, de tener curiosidad por saber y aprender, don -si así puedo llamarlo- del que no muchas personas carecen -por suerte-.

He de anunciar que empezaré a colgar entradas por aquí sobre el salón del manga de Granada, es para un concurso.

Sin mucho más que añadir, me despido.

lunes, 4 de octubre de 2010

Empezando octubre

Hace días que va todo bien, semanas diría yo. Cierta buena amistad me recomendó que si así lo era, dejara constancia aquí de ello, por lo que le dedico esta entrada.
Querida Little:
Todo va mejor. Empecé el curso. 2º de bachillerato. Es más difícil de lo que creía, pero no por nada sino porque está muy cargado de materia, materia que deberé aprender bien bien para selectividad. Sigo dando clases, de lunes a jueves. Llevo mis deberes al día aunque el estudio no tanto. Y sé perfectamente que cuando lleguen los primeros tendré que encerrarme a estudiar todo un tema en un par de tardes, pero poco a poco iré cogiendo el hábito.
Con mis amigos también va bien. Los veo a diario en el insti. A veces me preocupa no salir mucho, prácticamente salgo sólo los viernes y tengo varias invitaciones pendientes para salir con este o aquella. Los viernes salgo con mi mejor amiga y con una pareja que son también nuestros amigos. Últimamente está saliendo con nosotros también el novio de mi amiga. Me es un poco triste salir con dos parejitas y yo sola, sobre todo cuando vamos a cenar a algún restaurante y todos se sientan y miran la carta y piden por parejas. Platos para cada dos. Luego empiezan con la típica, llamemos broma, de que me buscarán a alguien, y pienso “a ver si es verdad” pero no porque yo quiera, sino porque luego no lo hacen. Hay veces en que ellos quedan y no cuentan conmigo, sólo para que los encubra de sus padres/madres, y es entonces cuando me siento más sola, utilizada. Tampoco me gusta cuando mi mejor amiga me habla durante horas de su novio, de lo cielo que es, de lo dulce y maravillosísimo que es. Ya hablé con ella que me puede contar lo que quiera para compartirlo contigo, y que no es que me diera envidia pero, para empezar a nadie le gusta que le hablen tanto tantísimo de una misma persona sin parar, y luego pues que yo también tengo mi corazoncito, y también me gustaría tener de quien hablar. Pero a pesar de todo esto me va bien con ellos, aunque a veces tenga ciertas crisis de autoestima.
Por otra parte tengo un amigo nuevo: Javi. La primera semana de curso empezó a sentarse a mi lado para “ver si se lo pegaba algo” de mí. Ahora estamos juntos en casi todas las clases y le he cogido mucho cariño. Pero es un amor de amigo, ya que él tiene una novia desde hace cinco años y no la iba a dejar ahora. Me alegra tenerle a mi lado porque es quien más me aleja de mis emparejados amigos y me lleva a otra realidad. Me da mucha paz el simple hecho de estar a su lado, a parte de porque él es una persona muy tranquila y madura (tiene diecinueve). Cuando hablo con él es como estar conociendo a alguien nuevo, descifrar los entresijos de otra persona que no es a la que siempre estás viendo y estás acostumbrada. Cuando Javi no está en alguna clase es como si me faltara algo, aunque tenga a mi mejor amiga a mi otro lado, pero el que él me falte en su asiento me vacía. Le comenté que le echaba de menos cuando no estaba. Él me ha comentado hoy que soy como el Guadiana, porque aparezco y desaparezco, y porque me estaba buscando. Es una amistad que creo que si la trabajamos, llegará a ser muy bonita a final de curso.