miércoles, 3 de diciembre de 2014

Ojalá mentira

No te puedo mentir otra vez. Es lo justo -dicen-.
Me miras como si me suplicaras que lo que te cuento es mentira, otra vez.
No, esta vez no. Esta vez te voy a hacer daño. "La verdad duele" -dicen-.
Mientras tu ira controla tu grito, el arrepentimiento baña mis ojos.
Desde lejos el otro nos mira. Ya no le mira a él con burla, ya no me mira a mí con deseo. Ya no habla, ni somos cómplices, ni me pide nada porque sabe que perdió el derecho desde que decidió desaparecer.
La vergüenza encoge mis cuerdas vocales y casi no puedo pedirte perdón. Pero no puedo dejar que me perdones.
Nunca, jamás, lo mereciste.
Y desde lejos, el otro nos mira y se esconde. Porque lo sabe. Y lo siente. Es la
culpa.

3 comentarios:

Raúl Ógar dijo...

Sentir culpa es algo terrible. Pero logré hace mucho mantenerla a raya. Si hacés algo, por algo lo hacés, solo hay que asumir las consecuencias. Así que nada de culpas.
Saludos.

Lucas Fulgi dijo...

¡Que bueno verte de nuevo por estos lugares! :)

José A. García dijo...

Es un placer volver a leerte, espero que sea por un largo tiempo y no el canto de cisne de éste espacio.

Mentir no cuesta nada, lo que duele es la verdad, siempre.

Saludos

J.